Flamenca como la vida misma...

Quería aprovechar este espacio para hablaros de una de las partes esenciales en mi vida y sin la cuál dudo que pudiese vivir, esta es el flamenco. Nací rodeada de discos de los Rolling, Extremoduro, vinilos de Bob Dylan y colecciones enteras de Manolo García, bien, pues tras años de Rock and roll en mis oídos, y gracias a personas que por desgracia no se encuentran ya entre nosotros, me eduqué en uno de los artes más difíciles y puros, para mi gusto, que existen en el panorama musical, el flamenco.Comencé a asistir a clases de cante a los 11 años, junto a mi hermana, todos, incluso yo, pensamos que me acabaría aburriendo, que sería un hobby pasajero como otros tantos, pero nos equivocábamos, puedo decir que me enamoré completamente de esos soniquetes por tangos o bulerías que envolvían mis tardes, de ese ambiente que tanto me hacía recordar que por mi sangre corría una melodía tan flamenca como la de mis antepasados, la mayoría fundadores de la primera peña flamenca de mi  pueblo, entre ellos mi abuelo. Me encanta recordar de donde vengo y me encanta gritar al mundo entero que soy una flamenca de cuna, por los cuatro costaos', como dicen los de antes. Después de subirme a más escenarios de los que yo misma podría haber imaginado, de vestirme de lunares y peinetas, de acompañar a grandes artistas reconocidos nacional e internacionalmente, de participar en un disco, etc, puedo decir GRACIAS a la vida por haberme hecho tan flamenca y feliz a la vez, solo espero poder morir en una juerga, cantando o bailando, que también me defiendo un poquito, por bulerías.
"Viene de familia ser flamenco de por vida"... Aquí os dejo una pinceladita de esto que me gusta tanto hacer.