Hace un tiempo, me puse a analizar lo machistas que somos las propias mujeres con nosotras mismas. Es increíble la cantidad de comentarios que soltamos por nuestra boca sobre otras mujeres, por el simple hecho, por ejemplo, de que disfruten de su sexualidad libremente, sin tapujos ni tabúes propios de siglos pasados. Vivimos en una sociedad en la que no hay sitio para amar libremente, para follar libremente... solo hay sitio para quien todo esto lo hace a escondidas, y se rige por unas normas supuestamente éticas y morales, que hacen que nos avergoncemos cuando nos pillan dando cariño de más. Criticamos en exceso todo lo relacionado con el sexo o el amor: si es raro, si no pegan, si es una guarra (ya que guarros no son nunca), si se acuesta con todos, si viste así o asá para provocar... dejemos de dar la razón a todos aquellos que piensan que las mujeres nos vestimos para los hombres, que las mujeres no podemos ser plenamente libres en nuestra vida sexual, hemos nacido para disfrutar de nuestro cuerpo, para acostarnos con quien queramos, para dejar que nos desnude el hombre o la mujer que nosotras decidamos, para despertar cada mañana con una persona diferente, o todos los días con la misma, porque somos eso, mujeres, mujeres libres, mujeres dispuestas a reírse de todos aquellos retrógrados que nos clasifican despectivamente por dar amor o placer, y es que no hay nada más reconfortante que saber que puedes llenarte de placer tantas veces como quieras, llenarte de amor tantas como desees y soltar una gran carcajada delante de la que te llama zorra, porque ella se muere de ganas de hacer lo mismo, de sentir esa libertad de la cual solo gozamos las mujeres libres, las que no nos importa lo que piensen de nosotras, porque al fin y al cabo, criticar estas actitudes solo te hará cautiva de un sinfín de prejuicios hacia ti misma.
Y ahora dime, ¿Te apuntas a disfrutar de tu libertad?...
By: Natalia Delgado Fajardo.
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